jueves, 25 de junio de 2015

Paraíso Basura


Desde el año de 1997 comencé a ir semestralmente -por mas de quince años y de manera continua- a las playas de Quintana Roo. En los primeros años de mis visitas, el estado tenía esos aires más de pueblos que de ciudades. Dos grandes atractivos tiene la región: por un lado, la arqueología, porque abundan los vestigios de ciudades, gastronomía, lenguas, poblaciones de la cultura maya; y por otro lado, la naturaleza como los cenotes, la selvas, la fauna, y por su puesto el mar. Las playas del Caribe son famosas mundialmente por su color e intensidad. La parte caribeña de México se encuentra en 800 kilómetros de largo, desde la pequeña población de Xcalac hasta Cabo Catoche. Sobre todo en el sur del estado aun se pueden encontrar muchas playas vírgenes, que normalmente están llenas de basura, de plásticos. En mis múltiples exploraciones, a muchos kilómetros de la población más cercana, comenzaron a surgirme dudas del origen de todas esas toneladas de basura que había: ¿será que vendrá de Chetumal?, ¿serán capaces de venir a tirarla desdes las ciudades ubicadas a 150 kilómetros al mar? ¡Aquí no vive nadie!. Una vez tuve la oportunidad de preguntarle a la directora de Sian Ka´an de dónde venía toda esta porquería y de manera contundente me dijo: “la arrastra las corrientes". (Les comparto este video que hice)


Esto detonó que me pusiera a investigar este asunto y, efectivamente, la basura que recogía estaba etiquetada o marcada como "Hecho en Guatemala...,  en Venezuela, en Cuba, en Colombia, en Jamaica, en Trinidad y Tobago". Con mucho coraje pensé que el Estado Mexicano debería de canalizar una reclamación internacional a todos estos países por contaminación transfronteriza, que sin duda existe. Esto es que si yo tiro basura al mar en toda la cuenca caribeña, las corrientes la van a arrojar a nuestra parte del Caribe. En realidad es una corriente que se llama Norecuatorial y viene desde África. Como si fuera una rampa corre por el norte de Brasil, pasa por Guyana, Venezuela, Colombia, llega a Centroamérica y choca de frente con el Caribe mexicano.

El problema del plástico en el mar es de magnitudes apocalípticas. La contaminación que produce amenaza a toda la vida que se desarrolla en el océano. Se han encontrado cantidades impresionantes de plástico en los estómagos de tiburones, ballenas, tortugas, gaviotas. En algunas regiones marítimas por una partícula biológica de plancton hay 40 partes de plástico. Las grandes corrientes hacen que todo esto circule por todo el planeta y en el caso de México se documentó que la basura proviene de al menos 45 países del mundo, entre ellos Finlandia y Rusia

(http://www.conanp.gob.mx/difusion/comunicado.php?id_subcontenido=204)


jueves, 18 de junio de 2015

Cumpleaños académico

El 18 de junio del año 2001 me recibí como Licenciado en Derecho en la Facultad de Derecho de la UNAM. La tesis que presenté se llamó La protección de las ballenas en México a la luz del derecho internacional. Todo empezó en el Desierto del Vizcaíno en el año 2000 cuando fui con Oliver Velázquez (productor y videoasta subacuático) a grabar a las ballenas grises de Baja California. En ese momento pensaba hacer mi tesis sobre el sector eléctrico, pero las cosas cambiaron cuando en uno de los muchos acercamientos que tuvimos con estos cetáceos pensé en hacer algo que trascienda al menos en mi vida. Un gran animal como de 18 metros de largo nadaba en círculos al rededor de la pequeña lancha en la que íbamos solo tres seres humanos. Como un remolino suave y lento se acercó hasta que la distancia entre la embarcación y la ballena era de centímetros. Con la torpe urgencia de alguien que tiene poco tiempo, preparamos las cámaras para grabar a este hermoso mamífero marino. Su enorme cabeza se asomaba dejando ver su enorme ojo. Al final estuvo jugueteando con nosotros y pudimos acariciarla, besarla, fotografiarla. Fue la antesala a una verdadera epifanía que me ocurrió horas después viendo el atardecer entre el mar y el desierto, entre el desierto y el mar. "Voy a hacer mi tesis sobre las ballenas", le dije a Oliver y me respondió "¿no se supone que eres abogado, que estudiaste Derecho?", si, ese es el problema por ahora -pensé-.
Después las cosas se fueron dando solas, encontré la Convención Internacional para la Regulación de la Caza de la Ballena, conflictos internacionales, juicios, en especial la Whale War entre los Estados Unidos de América y Japón, un bagaje enorme de disposiciones en materia ambiental y sobre todo la evocación de una de las primeras clases de Derecho en las que se decía que todo, absolutamente todo es un acto jurídico o un hecho jurídico. Entonces, las ballenas, los ecosistemas, su existencia, tienen efectos jurídicos, así que se puede hacer la tesis de lo que sea, de los astros, las mariposas, las flores, los delfines. Después de la tesis y el día de mi examen, la fiesta, los amigos y sus bromas "¿qué sigue en la Maestría, divorciar a Flipper?", decidí someter a dictamen mi tesis, reelaborada en el Boletín Mexicano de Derecho Comparado del Instituto de Investigaciones Jurídicas, en donde me inicié como investigador e hice esta investigación: http://www.ejournal.unam.mx/bmd/bolmex107/BMD10703.pdf